domingo, 4 de mayo de 2014

Para ti, Mamá

Hoy quiero hablar de la mejor mujer que conozco: Mamá.

Mamá me anima a perseguir mis sueños, me recuerda que tengo que moverme y luchar para conseguirlos, y si considera que estoy un poco estancada en el asunto ella se encarga de moverse por mí: Mamá, yo sé que el único motivo por el que te metiste en la Escuela de Idiomas fue para meterte en páginas inglesas y poder mandarme castings al correo :P. Mamá es el punto de apoyo perfecto.

Mamá está de buen humor a todas horas, siempre tiene una sonrisa (bueno, igual siempre, siempre no, hay un día negro en diciembre que los que vivimos en el número 19 conocemos bien, pero 364 días de buen humor es todo un logro). Da igual que su hija sea un desastre y que tenga la ropa por todas partes, tampoco se enfada en exceso. Mamá es buena persona.

Mamá es una persona que adora la música, que le gusta bailar al ritmo de “Happy” y a la que le encanta subirse a la buhardilla a coger el micrófono. A veces pienso que estaría bien vivir todo el año contigo para poder cantar todos los días y ver como chapurreas “The Man Who Can’t Be Moved” (vale, seguro que también te apuntaste a la Escuela de Idiomas para poder cantar más canciones del SingStar y no solo las que vienen en español) (y vale, ya no la chapurreas tanto). Mamá es divertida.

Mamá es una mujer trabajadora: echa la mañana entera en el trabajo, pero cuando vuelve a casa le esperan tacos de papeles que leer del ayuntamiento, ruedas de prensa y plenos que prepararse, una casa que limpiar. A todo esto le sumamos que Mamá corre y se entrena para correr medias maratones y maratones enteras (olé tus ovarios, mami); y por supuesto no podemos olvidarnos de que va a la Escuela de Idiomas, y no solo eso, sino que va a curso por año porque echa horas y horas (que no sé de dónde saca) estudiando y haciendo deberes. Mamá es un ejemplo de compromiso.

Mamá es una de las cosas que más se echa de menos cuando abandonas el hogar. Todavía recuerdo cómo lloré con mi primera gripe fuera de casa, solo pensando en que quería a Mamá para que me cuidara (he de reconocer que mis dos cuidadoras durante esa gripe también fueron estupendas, os quiero tatas). Con Mamá me hubiera gustado hacer muñecos de nieve aquella vez que nevó tanto en Don Benito. Me hubiera gustado que Mamá hubiera visto todas y cada una de mis obras de teatro. Me gustaría sentarme a cenar con ella todas las noches y hablar del día con una porción de pizza en la mano. Con Mamá… everything will be alright.


Te quiero, Mamá.

jueves, 20 de febrero de 2014

No eres tú, soy yo

Cuando se acerca el final te descubres pensando en el principio. Las miradas furtivas, sonrisas robadas, las mariposas que flotan en tu estómago. Piensas en el principio con melancolía, te preguntas qué fue mal, qué ha cambiado. Es muy fácil echar la culpa al otro. Eres el que no está dando lo suficiente. Eres el que me miente. Eres el que tiene la culpa de que esto se haya ido a la mierda porque yo soy perfecta.

Pero de vez en cuando, hay que echarle cojones al asunto. Cojones. En negrita y subrayado. Porque echar la culpa al otro es muy fácil, pero echársela a uno mismo es duro de narices. Como se suele decir “vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el nuestro”. El problema, es que cuando uno tiene el valor de enfrentarse a la realidad se corre el riesgo de caer en el tópico: no eres , soy yo.

Pero soy yo la que ya no siente mariposas cuando la escribes.

Soy yo la que quiere correr en dirección contraria a donde tú estes.

Soy yo la que busca excusas para no verte.

Soy yo la que se miente a sí misma por ti.

Soy yo a la que detesto cuando estoy contigo.

Soy yo la que prefiere dormir sola.

Soy yo la que me cansé de intentarlo hace tiempo.

Soy yo la que decidió que no merecía la pena.

Soy yo la que ya no te echa de menos.



No eres tú, soy yo.

domingo, 9 de febrero de 2014

Felicidades tata

Te quiero...

...porque nunca dudas en poner a los demás antes que a ti misma.
...porque siempre me escuchas y me das consejos.
...porque me dejaste el listón muy alto y me obligaste a superarme a mí misma, solo por llegar a ser como tú.
...porque nunca habría cogido un acordeón si no hubiera sido por ti (aunque no vuelva a coger otro nunca).
...porque a nadie se le hubiera ocurrido comprarme chocolate, ni siquiera a mí.
...porque se me llena el pecho de orgullo cada vez que digo la palabra "hermana".
...porque siempre has sido, eres y serás mi ejemplo a seguir, mi heroína.
...porque eres de las pocas personas que realmente conoce como soy.
...porque eres la mejor supermamá.
...porque eres la mejor hermana mediana que se puede pedir.
...porque hoy cumples un año más y puedo felicitarte.
...porque hoy me hubiera gustado celebrarlo contigo.

Felicidades tata.

domingo, 2 de febrero de 2014

Felicidades

Hay tantas cosas que me gustaría decirte.

Decirte que sigo pensando en ti, que aún recuerdo tu figura al caminar, que aún recuerdo tu voz.

Decirte que te admiro, que sigues siendo la mejor persona que he conocido, que seguirás siendo la mejor persona que conozca jamás.

Decirte que no quiero olvidarte; que los cuentos que me contabas eran los mejores; que nunca comeré un huevo frito como el que tú me hacías; que mi nariz me disgusta menos porque se parece a la tuya.

Decirte que me gustaría que hubieras conocido a los dos niños más guapos del planeta; que sé que te hubieran querido con locura; que también ellos habrían descubierto la cesta de golosinas de encima del armario.

Decirte que lo siento; que no fui a verte lo suficiente; que era una niña egoísta; que no sabía lo que hacía; que ojalá pudiera hacer retroceder el tiempo; que ojalá pudiera volver a verte un día más.

Decirte que todavía recuerdo aquella llamada. Que todavía recuerdo aquel día. Que todavía recuerdo que el cielo también lloró por ti.

Decirte que todavía hoy se me hace raro que ya no estés.

Decirte que sigo echándote de menos.

Felicidades.