Hoy quiero hablar de la mejor mujer que conozco: Mamá.
Mamá me anima a perseguir mis sueños, me recuerda que tengo
que moverme y luchar para conseguirlos, y si considera que estoy un poco
estancada en el asunto ella se encarga de moverse por mí: Mamá, yo sé que el
único motivo por el que te metiste en la Escuela de Idiomas fue para meterte en
páginas inglesas y poder mandarme castings al correo :P. Mamá es el punto de
apoyo perfecto.
Mamá está de buen humor a todas horas, siempre tiene una
sonrisa (bueno, igual siempre, siempre no, hay un día negro en diciembre que
los que vivimos en el número 19 conocemos bien, pero 364 días de buen humor es
todo un logro). Da igual que su hija sea un desastre y que tenga la ropa por
todas partes, tampoco se enfada en exceso. Mamá es buena persona.
Mamá es una persona que adora la música, que le gusta bailar
al ritmo de “Happy” y a la que le encanta subirse a la buhardilla a coger el
micrófono. A veces pienso que estaría bien vivir todo el año contigo para poder
cantar todos los días y ver como chapurreas “The Man Who Can’t Be Moved” (vale,
seguro que también te apuntaste a la Escuela de Idiomas para poder cantar más
canciones del SingStar y no solo las que vienen en español) (y vale, ya no la
chapurreas tanto). Mamá es divertida.
Mamá es una mujer trabajadora: echa la mañana entera en el
trabajo, pero cuando vuelve a casa le esperan tacos de papeles que leer del ayuntamiento,
ruedas de prensa y plenos que prepararse, una casa que limpiar. A todo esto le
sumamos que Mamá corre y se entrena para correr medias maratones y maratones
enteras (olé tus ovarios, mami); y por supuesto no podemos olvidarnos de que va
a la Escuela de Idiomas, y no solo eso, sino que va a curso por año porque echa
horas y horas (que no sé de dónde saca) estudiando y haciendo deberes. Mamá es
un ejemplo de compromiso.
Mamá es una de las cosas que más se echa de menos cuando
abandonas el hogar. Todavía recuerdo cómo lloré con mi primera gripe fuera de
casa, solo pensando en que quería a Mamá para que me cuidara (he de reconocer
que mis dos cuidadoras durante esa gripe también fueron estupendas, os quiero
tatas). Con Mamá me hubiera gustado hacer muñecos de nieve aquella vez que nevó
tanto en Don Benito. Me hubiera gustado que Mamá hubiera visto todas y cada una
de mis obras de teatro. Me gustaría sentarme a cenar con ella todas las noches
y hablar del día con una porción de pizza en la mano. Con Mamá… everything will be alright.
Te quiero, Mamá.